Primero tenemos que saber que cuando la luz se refleja en una superficie de un color sale reflejada de ese mismo color. Por ejemplo: si la luz se refleja en un objeto rojo, saldrá reflejada luz de color rojo (el resto de colores que contiene la luz blanca se absorbe....). Cuando esa luz roja ilumina a otro objeto, este se ve “teñido” de rojo.
En los días de sol, el cielo es de color azul. Esto hace que la luz blanca del sol se refleje en este cielo, y como este cielo es azul la luz que sale reflejada es también de color azul. Esta es la razón por la que las sombras en días soleados se ven azuladas. Si no lo habías notado nunca, a partir de ahora te fijarás más y notarás ese tono azulado de las sombras en los días soleados. Este efecto azulado se nota mucho en las sombras que hay en los objetos que son blancos y en las superficies brillantes.
Aquí tienes algunas pinturas de Sorolla en las que se aprecia muy bien este efecto:


El pintor Sorolla utilizaba muy a menudo estos efectos de sombras azuladas, así como la mayoría de los pintores impresionistas. Los pintores impresionistas conocían muy bien estos secretos de las sombras de color.
Aquí tienes otro cuadro de Renoir, otro pintor impresionista, en el que se aprecia muy bien este efecto:

Habrás observado que las zonas del vestido de la chica que están iluminadas por la luz directa del sol, son de color cálido, mientras que las zonas que están en sombra son de color azulado.
Finalmente, aquí tienes otro cuadro de Edward Hopper en el que se aprecia este azulamiento de las sombras:
